jueves, 24 de abril de 2014

Por una Bankia Pública





BANKIA PÚBLICA
Bajo control democrático y con finalidad social



El Gobierno nacionalizó Bankia en mayo de 2012 para evitar que quebrara y, tras salvarla con una enorme cantidad de dinero público, ha empezado a privatizarla. La entidad reúne los depósitos y el negocio bancario de siete antiguas cajas de ahorros: Caja Madrid, Bancaja, la Caja de Canarias, Caja de Ávila, Caixa Laietana, Caja Segovia y Caja Rioja. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ha vendido un 7,5% de las acciones que poseía, aunque sigue siendo el accionista mayoritario, y su intención es desprenderse del resto de las acciones que posee a lo largo de los próximos dos años. Afirman que el objetivo es recuperar el dinero público empleado en evitar la quiebra de la entidad y que, además, sería “la guinda” que mostraría que el sistema financiero español está saneado, tal y como afirma nuestro ministro de Economía, Luis de Guindos, dentro de la campaña general para convencernos de que la economía está saliendo de la crisis y que, de ahora en adelante, todo marchará viento en popa. Pero ¿quién gana y quién pierde con la privatización de Bankia?


Privatizar es saltar de la sartén al fuego
Nacionalizarla ha costado 22.424 millones de euros con la entrada del Estado en el capital de la entidad de la que se convierte accionista mayoritario. Sin embargo, las ayudas públicas van más allá: ascienden a 147.810 millones hasta diciembre de 2013, en concepto de capital, avales, adquisición de activos del Sareb (el “banco malo”), compra de títulos, créditos fiscales y préstamos del Banco Central Europeo (BCE). Esa cantidad equivale casi a la mitad del presupuesto de todas las administraciones públicas y la Seguridad Social, para 2013.
Bankia dice que podrá ir devolviendo esas ayudas porque ya está teniendo ganancias. En 2013, sus beneficios netos han sido de 172 millones, según los datos entregados en la Junta General de Accionistas del mes de marzo, que no coinciden con los 509 millones proclamados un mes antes. Dichos beneficios se basan en las ayudas públicas, en ingresos por ventas que no se repetirán, en el expolio de los preferentistas y en la reducción de las provisiones por riesgos, a pesar de que estos últimos han aumentado. De hecho, la entidad cada vez tiene menos depósitos y da menos crédito, su fuente principal de ingresos regulares.
En otras palabras, la privatización ni garantizará que el Estado recupere el dinero empleado en sanear bancas ni que se acaben las ayudas públicas, sino que éstas seguirán siendo imprescindibles para que la entidad sea rentable para sus accionistas.
Tampoco se evitarán nuevos riesgos privatizándola, todo lo contrario. Ahora mismo, el patrimonio neto de la entidad sin los activos fiscales —que sólo se convertirán en dinero efectivo si en el futuro hay suficientes beneficios— es de 3.021 millones de euros, mientras su valor en Bolsa es de 18.554 millones de euros (11 de marzo 2014). Semejante desfase entre su valor real y el que tiene en Bolsa sólo augura futuras caídas en el precio de las acciones.
En resumen: la entidad no está saneada y las ayudas públicas seguirán siendo imprescindibles. ¿Por qué debemos sostener con dinero público un negocio privado? La cuestión es muy sencilla, si Bankia no es viable sin el apoyo público pues que sea definitivamente pública. De esa forma, sí se podría sanear la entidad, preservar los ahorros depositados y emplearlos de forma segura y beneficiosa para el conjunto de la sociedad, y no en beneficio de una minoría de grandes accionistas y gestores.
Si permitimos la privatización de Bankia será como saltar de la sartén al fuego, pues habremos desperdiciado una enorme cantidad de dinero público en beneficio de los grandes accionistas de privados que acaben dominando la entidad, y no evitaremos futuras crisis. Y, además, perderemos la oportunidad de poner una parte de los ahorros de la sociedad al servicio de un verdadero desarrollo social.
Claro que no se trata ni de nacionalizarla para privatizarla, socializando pérdidas y privatizando beneficios, como está haciendo el Gobierno, ni para volver a cometer los mismos errores del pasado con las cajas, que actuaban como meros bancos y sin un control democrático efectivo. Queremos una Bankia pública y bajo control democrático real.


Una Banca pública, con finalidad social y bajo control democrático
Por todo eso, reclamamos la nacionalización definitiva y completa de BFA-BANKIA. Así mismo, exigimos que se detenga y se revierta el proceso de privatización del resto de entidades nacionalizadas. Bankia, con dichas nacionalizadas, debe constituir un banco público de carácter estatal, cuya gestión esté participada por el Estado, las comunidades y los ayuntamientos, bajo unas normas de gestión democráticas y transparentes, vinculada a las políticas económicas y sociales de las administraciones públicas. Esta medida posibilitaría que la gestión de los ahorros de la sociedad depositados en estas entidades esté dirigida a la atención de las necesidades sociales, el desarrollo de unos servicios públicos de calidad y suficientes, y la erradicación del desempleo. Este banco público partirá de tres medidas fundamentales:
a)  Tras la realización de la una auditoría pública, realizada por técnicos de la administración no vinculados a las entidades financieras privadas, se procederá a tomar las medidas necesarias para sanear la entidad. Los primeros en asumir las consecuencias de su situación deben ser los accionistas y bonistas. Los siguientes, los acreedores. A partir de la información suministrada por la auditoría se establecerá qué deuda devolver y qué deuda se considera ilegítima y, por tanto, no se devolverá, forzando una quita de la deuda. La devolución del resto se reestructurará de forma que no impida el desarrollo de la sociedad.
b)  Cese inmediato de los actuales directivos de BFA-BANKIA. Se abrirá una investigación judicial para depurar las responsabilidades de los directivos y grandes accionistas de las entidades bancarias.
c)   Se respaldarán las medidas legales oportunas para defender los derechos de todos los pequeños accionistas forzosos que hayan sido engañados en beneficio de las entidades financieras para que suscribieran productos financieros de alto riesgo.
A partir de ahí, el banco se dotará de una estructura de gestión y control democráticos, y se regirá por una política de servicio público a la comunidad, fundada en 10 puntos básicos:
1       Elección democrática y transparente de todos los integrantes de su consejo de administración, y limitación de los salarios de todos los directivos al salario de un trabajador público equivalente. Es inaceptable que en un banco público, su presidente y su primer ejecutivo estén ganando 500.000 euros anuales cada uno. Incompatibilidad para formar parte de la dirección si se ha formado parte de los consejos de administración de otras entidades financieras durante los últimos 10 años.
2       Obligación de rendir cuentas anual y públicamente, en los parlamentos de las diferentes comunidades y central, en un lenguaje asequible para todos los ciudadanos.
3       Su gestión  y control serán transparentes y participados por los sectores sociales como fórmula para lograr la eficiencia y la lucha contra el fraude.
4       Cierre de las sucursales en paraísos fiscales, como es el caso de Bankia. Se establecerá un control efectivo del movimiento de capitales y se intervendrán las sucursales o filiales de bancos españoles en paraísos fiscales, a fin de evitar que las grandes fortunas eludan sus responsabilidades fiscales y sociales.
5       El parque de viviendas vacías en manos de las entidades que ahora constituyen el nuevo Banco Público que reúnan las características adecuadas, así como las de la SAREB, pasará a engrosar un parque público de viviendas, que se alquilarán a precios asequibles mediante una empresa pública de alquiler. Así mismo, los suelos en manos de dichas entidades, también se incorporarán al patrimonio público para su utilización con fines dotacionales o de vivienda protegida.
6       Condonación de la deuda a todas las personas desahuciadas por falta de recursos, aplicando la dación en pago con carácter retroactivo. En los casos de familias que se vean amenazadas por el desahucio por imposibilidad de pagar las cuotas de su vivienda, se les aplicará la dación en pago incorporando la vivienda al parque público y podrán seguir viviendo en ella a cambio de una renta asequible.
7       La entidad se vinculará también a sus territorios, pasando su actuación a estar coordinada con las diferentes administraciones, incluidos los Ayuntamientos, formando parte de sus planes de desarrollo económico y social. Su prioridad será que los ahorros de la sociedad se gestionen en beneficio de la sociedad, con criterios de eficiencia económica y social. La obra social de las antiguas cajas que crearon estos bancos, cuya utilidad social se acredite en un proceso en el que participarán el conjunto de sindicatos y colectivos sociales, se incorporará mediante un proceso adecuado a los servicios sociales de las diferentes administraciones. Todas las participaciones en empresas de las entidades financieras pasarán a manos públicas. Además, la banca pública sería el cauce para la gestión del cobro de los impuestos, lo que abarataría sustancialmente el proceso.
8       Actuará de prestamista para el sector público aplicando el mismo interés que se le imponga desde el Banco Central Europeo, más un pequeño incremento para cubrir los costes de gestión.
9       Detener los despidos de trabajadores y trabajadoras, tanto de la parte financiera como de su obra social y fundaciones. Es necesario defender los puestos de trabajo, en condiciones dignas, además de que existan medios para una atención adecuada a los impositores de la entidad. Los trabajadores de la banca pública se incorporarían al sector público, como personal laboral, y se regirían por el Estatuto Básico del Empleado Público.
10     Defensa de unas plantillas en condiciones dignas y acordes con las necesidades, así como del número de sucursales necesarias, para una atención adecuada y evitar la exclusión financiera de las familias más humildes.


Una propuesta para el sector bancario
Ese sería el primer paso para una propuesta integral sobre el sector bancario. El conjunto del sector ha necesitado enormes ayudas públicas, lo que ha tenido graves consecuencias para el sector público cuya deuda también ha crecido alimentada por el rescate bancario, lo que está suponiendo recortes del gasto social y nuevas privatizaciones. Los bancos han recibido ayudas públicas en diferentes conceptos —capital, avales, compra de títulos, esquemas de protección de activos, adquisición de activos del Sareb, etcétera—por importe de 274.926 millones de euros. A ello se suman préstamos del BCE por un total de 357.293 millones. Gracias a ese respaldo público la banca privada ha evitado una quiebra general.
Además, en la medida que el BCE tiene prohibido prestar a los Estados, le han brindado una excelente fuente de financiación a los bancos privados: tomar crédito del BCE al 1% y prestar a los gobiernos a un tipo de interés muy superior. Una parte sustancial de los beneficios de la banca española provienen ya de los diferentes títulos de deuda soberana que posee. En el período 2000-2013, las Administraciones Públicas han abonado 141 mil millones de euros más de gastos financieros que los que hubieran pagado financiándose directamente desde el BCE. En 2013 hemos pagado de más, una cifra similar a la que el Estado ha dedicado a prestaciones por desempleo, 29 mil millones de euros.
Igual que la energía o el agua, por citar sólo dos servicios básicos, la gestión del ahorro de la sociedad es vital y debe transformarse en un servicio público, guiado por el interés social y con la máxima transparencia, lo cual es incompatible el funcionamiento de un banco privado, que implica que su único objetivo es el máximo beneficio para sus accionistas, y que es fuente de especulación, falta de transparencia y crisis recurrentes, cuyas consecuencias pagamos la mayoría de la sociedad. Por eso hacemos una propuesta integral para el sector bancario, por la que pelear en los próximos años, de la que la formación de una banca pública con las entidades actualmente nacionalizadas sólo sería un primer paso y que se fundaría en estas cuatro medidas:
1    Nacionalización de forma integral y definitiva del resto de las cajas de ahorros y sus bancos participados, a fin de convertirlos en el pilar central de una banca pública. Rechazamos la política de sanear entidades con dinero público para posteriormente  privatizarlas.
2    Las ayudas públicas que se hayan facilitado al resto de entidades bancarias (incluidos los préstamos del BCE), deben dar lugar a la participación del Estado en la propiedad de dichas entidades y a la entrada de representantes públicos en los consejos de administración de las mismas. Una medida que supondría la nacionalización del sector bancario rescatado para constituir una verdadera banca pública, controlada democráticamente y con una finalidad social, y que funcione de forma coordinada a nivel estatal.
3    Realización de una auditoría pública. No se transferirá ni un solo euro público más a ninguna entidad hasta que se complete una auditoría pública y transparente de las cuentas de todas las entidades financieras españolas que permita establecer un plan de saneamiento efectivo. La auditoría incluirá a las grandes empresas, dado que ellas son las responsables de la mayor parte de la deuda. La auditoría la realizará un organismo público formado por técnicos no vinculados a los órganos directivos de las entidades financieras, bajo supervisión democrática y sus resultados serán públicos y expuestos de forma asequible para todos los ciudadanos; se crearán los cauces para que los impositores puedan manifestar su opinión ante el hecho que de que estas entidades, que gestionan sus ahorros, se vendieran a otras entidades privadas sin contar con su opinión. Esta investigación ha de servir para establecer el estado real de los balances de los bancos y grandes empresas, así como quiénes son los acreedores de dichas deudas y quiénes se han beneficiado de la política de sobre endeudamiento practicada durante los años de auge económico.
4    Decretar una moratoria en el pago de la deuda. Hasta que no esté terminada la auditoría se decretará una moratoria en el pago de la deuda pública, la cual también tendrá que ser sometida a una auditoría por el mismo procedimiento y con los mismos criterios que la realizada a las entidades financieras. Dicha auditoría permitiría qué deuda es legítima y cuál no, sentando las bases para la aplicación de una quita forzosa que acabe con el sobreendeudamiento de las Administraciones Públicas.

Plataforma por la Banca Pública, 22 de abril de 2014

miércoles, 26 de marzo de 2014

Tensión en la Junta de Accionistas de Bankia

Carlos Bugallo
Plataforma Valenciana por una Banca Pública
 
 
Acudimos dos miembros de la Plataforma pro Banca Pública (de Madrid y País Valenciano), acompañados de otros 2 miembros del 15M de Madrid.
 
Una junta de accionistas habitualmente consiste en una reunión amable, llena de satisfechos rostros burgueses expectantes por saber cuántos dividendos van a percibir en el próximo ejercicio económico. Pero aquí la cosa era muy distinta: había tantos miembros de la policía nacional y vigilantes de seguridad como para montar un mini ejército; casi más que asistentes a la junta. Se podía masticar la tensión en el ambiente, y los controles de acceso al recinto del Palacio de Congresos fueron muy estrictos y sistemáticos.
 
¿La razón de ello?, pues el deseo de impresionar y contener la indignación de los miembros de la PAH y de ADICAE, que como era natural no desperdiciaron la ocasión para asistir al evento y hacer oir sus denuncias y reclamaciones. Ellos no se dejaron amilanar por tan formidable exhibición de fuerzas de seguridad, e inauguraron la junta con una sonada y prolongada pitada (imagen que reproduzco más arriba). A lo largo de todo el desarrollo de la junta, estos airados participantes han interrumpido constantemente a los miembros del Consejo de Administración de Bankia, regalándoles piropos como: chorizos, delincuentes, y un largo etcétera.
 
Me han contado que Bankia ha rellenado la asamblea con abundantes personal de sus oficinas, para que hicieran bulto. Si es así, supondría una nueva indignidad de este colectivo de trabajadores cómplice de una de las mayores estafas financieras de nuestro país.
 
Paso a continuación a transcribir el comunicado que leí ante la Junta de accionistas y el Consejo de Administración:
 
“Buenos días. Mi nombre es Carlos y vengo aquí representando a mi mujer, que depositó sus ahorros y su confianza en esta entidad, pero que ha sido estafada al habérsele colocado unas participaciones preferentes de forma fraudulenta. También asisto en calidad de miembro de la Plataforma Valenciana pro Banca Pública.”
 
“BFA-Bankia ha recibido más de 146 mil millones de euros de ayudas públicas de los que más de 22 mil millones de euros han sido mediante incremento directo de capital. Aún así, precisa de más capital para cumplir con los requerimientos de las entidades reguladoras. El riesgo que supone esa sistémica entidad para el Estado es brutal. Asumimos entre todos los ciudadanos más de 205 mil millones de euros de riesgos ante una hipotética quiebra. Plantear en esas circunstancias una privatización de la entidad que no eliminaría futuras contingencias negativas supondría un expolio más para los ciudadanos que hemos contribuido a su rescate.”
 
“Hemos comprobado que la banca privada ha fracasado y ha demostrado que es capaz de arruinarse a sí misma y al país en la búsqueda de alta rentabilidad, corriendo enormes riesgos de modo absolutamente irresponsable. Es imprescindible una banca pública fuerte, democrática y bien gestionada. Que desarrolle un sector público que cre empleo, que permita y facilite disponer de servicios públicos de calidad y que colabore en acabar con el expolio de los recursos naturales.”
 
“Una banca pública que funcione también con criterios éticos, que no estafe a sus impositores colocándole productos híbridos, que no falsifique sus cuentas financieras y que no eche a la calle a los hipotecados como si fueran perros.”
 
“Sres/as del Consejo de Administración: qué poca dignidad tienen ustedes. Espero poder verles algún día en la cárcel y por mi parte haré todo lo posible para lograrlo. Animo a los presentes a que se sumen a este propósito.”
 

martes, 25 de marzo de 2014

La Plataforma por una Banca Pública se hace oír en la junta de accionistas de Bankia en Valencia

 

Aurora Martínez Hernández. Plataforma por una Banca Pública

Mi intervención empezó mostrando la cuenta de resultados de Bankía que decía: Resultados del ejercicio, 171.768.000 euros. Pero no me perdonaron. Cuando me avisaron de que había pasado el tiempo, me cortaron el micrófono, sin rogarme que fuera terminando.
 Acababa de oír a Goirigolzarri y me hizo cambiar el comienzo de mi intervención de tres minutos. Hacia el final de la lectura de su discurso, durante unos segundos en que los  miembros de Adicae pararon sus protestas y silbidos, el presidente de Bankia anunció que los beneficios de la entidad habían sido  ¡509 millones y que se esperaban para los próximos años una rentabilidad  del 10%!
Como no me dio tiempo a terminar, reproduzco el texto completo que tenía preparado.


INTERVENCIÓN PARA LA JUNTA DE ACCIONISTAS DE BANKIA
Señores administradores de Bankia, mi nombre es Aurora Martínez y soy miembro de la Plataforma por una Banca Pública.
Tomo  la palabra para explicar  por qué no apoyo las cuentas de Bankia ni  la gestión que han realizado ustedes como  consejeros. En la primera página de su memoria, se describe a Bankia como una entidad de crédito, sin más. Pero nada dice de su origen y de que Bankia es de propiedad pública. Porque Bankia se formó con la unión de siete cajas de ahorro que nacieron con unos fines humanitarios.
Por el contrario Bankia, como cualquier banco privado, ha actuado y sigue  actuando bajo el principio del máximo beneficio a corto plazo. Y es precisamente este principio del máximo beneficio a corto plazo, propio del sistema capitalista, la  causa  principal del inicio de las crisis económicas y financieras y de la extensión de la corrupción. Porque los bancos privados, para ganar más, prestan muchísimo más dinero del que pueden prestar, y ante cualquier impago ya no pueden devolver el dinero que les reclaman sus clientes, y así se inicia la crisis.  Además, el poder de los bancos es inmenso, porque pueden crear  dinero bancario -abriendo cuentas corrientes cuando concede sus créditos. Y Gobiernos, periódicos, televisiones, partidos políticos y sindicatos  pierden la capacidad de oponerse a sus abusos porque están endeudados hasta las cejas y no pueden enfadar a los bancos.
No hay que olvidar tampoco  que  Bankia  es de propiedad pública. El Estado ha entregado a Bankia, sólo en capital, más de 22.000 millones de euros, que equivale casi a cuatro veces los gastos conjuntos en sanidad y educación en los presupuestados para 2014. El doble de lo que vale, que es 11.000 millones de euros, según su balance. Además ha concedido otras ayudas de muchísimos millones, como los avales de los depósitos de los clientes o el préstamo del Banco Central Europeo. Además de esto,  la actividad financiera es un verdadero  servicio público: si  falta la financiación, ni las empresas ni el Estado pueden funcionar. Junto a esto los bancos deben asegurar que los ahorros de los ciudadanos  no van a correr riesgos especulando  ni tampoco los van a invertir en actividades que no respeten los derechos  humanos y a la naturaleza.
Por eso, los que creemos en lo público y en  lo común, no estamos de acuerdo con  que Bankia se venda, ni que entre ustedes haya salarios de 500.000 euros,  ni con su filial en el paraíso fiscal del gran Caimán, ni que no programen un parque público de viviendas vacías, ni que no hayan emprendido acciones legales contra Deloytte, que auditó las cuentas de Bankia del año 2011…
Y por eso tampoco estamos de acuerdo con las cuentas que presentan porque no nos fiamos de las auditoras.
Ni con los puntos 4,5,6,7y 8 del orden del día porque quitan poder a los accionistas.
Y por todo ello exigimos que los ciudadanos, los usuarios y una administración pública y democrática estén sentados en su Consejo de Administración tal como enuncia el artículo 23 de nuestra Constitución “Los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos”.
Y si ustedes quieren privatizar Bankia, y no creen en lo público, ¡váyanse para que personas que crean y defiendan lo público la gestionen!

viernes, 21 de marzo de 2014

Lo que Goirigolzarri no responderá en la Junta de Bankia

El consejo de administración de Bankia, filial de Banco Financiero y de Ahorros, celebra 
el próximo viernes día 21 de marzo una junta general de
accionistas. El estado sigue siendo el accionista mayoritario, incluso después de la 
reciente privatización parcial, ya que posee el 60,9% de las acciones. 
El Grupo BFA-Bankia se enfrenta a una situación muy complicada en los
próximos años para poder ser rentable: A su modelo de negocio (como al del
resto de entidades financieras) le será muy complicado obtener beneficios en
un entorno de sobreendeudamiento. Además, el plan de negocio aprobado por
Bruselas le exige beneficios con menor volumen lo que es prácticamente una
quimera.  Por si esto no presentara un futuro suficientemente incierto, la
intención del gobierno, es acelerar el proceso de privatización de la
entidad en vez de gestionarla como banca pública, al servicio del conjunto
de la sociedad que la ha rescatado con un elevadísimo coste.

Por eso, además de las cuestiones que pueden realizar el resto de
accionistas privados, todos los ciudadanos como legítimos propietarios de la
entidad tenemos el derecho y la obligación de pedir explicaciones al
presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri. Porque aunque la
presentación de resultados ha ido acompañada de una fuerte campaña mediática
en la que se indicaba de forma triunfalista que la entidad había obtenido
importantes beneficios, la realidad de esta entidad dista mucho de ser la
que su consejo de administración está contando a los contribuyentes.
En el documento adjunto hay más de 20 cuestiones sobre áreas oscuras y más
de 40 preguntas que no responderá el presidente de Bankia. Dentro de un
tiempo volverán a decir que nadie pudo preveer lo que pasaba... 

Mientras esto ocurre, los trabajadores de Bankia trabajan en un entorno muy
complicado ya que, inmersos en un ERE, se ven obligados a defender las
absurdas estrategias ideadas por quienes no están delante de clientes
estafados. Una vez más, son los trabajadores los que tienen que dar la cara
y no los culpables que ocupan los despachos sitos en las plantas nobles de
la entidad. 

Acceder al documento completo 
 

martes, 18 de marzo de 2014

LA VENTA DE BANKIA: EVIDENTE MANIPULACIÓN INFORMATIVA DE EL PAÍS



Frecuentemente la base de las  manipulaciones no está en lo que se dice sino en lo que no se dice. Un buen ejemplo de esto es el tratamiento que ha dado el diario El País a la venta que el FROB ha hecho de una parte del capital de Bankia.

En el pasado mes de enero se publicó en www.sistemadigital.es  un artículo mío en relación con el anuncio de la venta de parte del capital de Bankia, que es propiedad del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenación Bancaria) a través del Banco Financiero y de Ahorros, y al mismo me remito,  ya que allí se tratan los aspectos más significativos de la transacción que al final se ha llevado a cabo. Se ha dado  la salvedad de que definitivamente solo se ha vendido un 7,5% del capital y por 1304 millones de euros frente a las cifras que entonces se barajaban.
El presente artículo se refiere al tratamiento que el diario de mayor tirada en España ha dado a dicho tema, que sin duda es de gran interés para los ciudadanos y  particularmente  para los que han visto atrapados sus ahorros en Bankia, fruto de su confianza en varias Cajas de ahorros centenarias. Este asunto ha ocupado un amplio espacio del diario en los días 28 de febrero y 1 y 2 de marzo como no podía ser menos, pero voy a centrarme en el editorial publicado el día 1 de marzo.
En dicho editorial se dice que “la venta y sobre todo el volumen de la demanda de acciones, demuestran que el cambio de gestores en Bankia y sus decisiones empresariales han rendido sus frutos”. Esto se podría admitir si la venta se hubiera hecho en condiciones de mercado a multitud de compradores  y no a unos pocos fondos de inversión entre los que está el del Sr. Soros. Muchas personas podrían pensar que se está ante un aparcamiento de acciones gestionado por la propia Bankia y no es una venta real. También es posible que el comprador verdadero sea algún gran banco, que acude con sigilo a la operación por razonas estratégicas.
En otro párrafo,  y en boca del Gobierno,  El País vuelve a repetir argumentos similares,  ahora ya citando los beneficios obtenidos por Bankia, pero sin recoger que en gran medida  se basan en ingresos  no recurrentes. También se argumenta que el Gobierno quiere enviar al “mercado” el mensaje de que las intenciones reprivatizadoras del ministro son sólidas. Como si alguien pudiera tener alguna duda al respecto, teniendo en cuenta otras actuaciones del Partido Popular.
Ahora vendría una de arena: “No son pocos los analistas, incluso directivos de la propia Bankia, que se preguntan (con razón) cual es el coste de esta premura”. Sin embargo, el argumento casi viene a reforzar lo citado antes  ya que presupone que para el  ejercicio 2016 los beneficios llegarán a 1.200 millones de euros. No sé cómo se compadece eso con el cierre de oficinas y la menor remuneración de la Deuda Pública española que también se prevé.  Como en otros artículos de nuevo se le dota al Sr. Goirigolzarri de poderes casi taumatúrgicos. Eso sin contar con las pérdidas que vendrán del previsible goteo de sentencias judiciales en contra de Bankia por las demandas de los preferentistas.
En referencia al primer párrafo de este artículo no se dicen en el editorial dos cosas. La primera, que casi con total seguridad la urgencia de la venta viene dada para reforzar el mensaje de Rajoy en su discurso del debate de estado de la nación de que toda va viento en popa, lo que en último extremo es para superar al PSOE  en las próximas elecciones europeas.  La segunda es, como muchas personas piensan, que el mejor destino de Bankia (y de Catalunya Banc y Banco Mare Nostrum) es ser la base de una banca pública universal abierta a todos. Esta decisión es la única garantía de que el oligopolio bancario que nos acecha, si es que no está ya, no ahogará a la mayoría de los ciudadanos, directamente mediante condiciones comerciales abusivas o indirectamente presionando a los Gobiernos de turno, siguiendo la estela del oligopolio eléctrico.
Para terminar y en referencia al El País y como dijo la niña: “Hay mamá, qué penita es ser pobre”.

José Santos Pulido Mancebo

domingo, 2 de marzo de 2014

La venta de Bankia y la crisis crónica

PROGRAMA DE RADIO ECONOMÍA DIRECTA
Colectivo Burbuja

Hoy hablamos sobre la venta de un paquete de acciones de Bankia; sobre el informe del Banco de España que afirma que los costes salariales han bajado más de lo que indican las estadísticas; sobre el dato adelantado de IPC, que nos sitúa en deflación en el mes de febrero; analizamos el artículo de Voz Pópuli que defiende que el déficit público podría ser menor que el esperado y hablamos sobre la caída de expectativas en Europa y su subida en Estados Unidos.
 
Con Antonio Espín, Luis Riestra y Carlos Sánchez Mato. Conduce Juan Carlos Barba.


Escuchar programa completo

martes, 21 de enero de 2014

Burbuja a la vista en Bankia

Se avista una nueva burbuja en Bankia. La entidad nacionalizada, que ha supuesto un mayúsculo quebranto para todos los ciudadanos, se dispara en bolsa estimulada por los bancos de inversión ávidos de que el Estado inicie el proceso de privatización. A este escalada alcista contribuye el ministro de Economía y Competitividad con su actitud de "dejarse querer" y de asegurar que esta entidad constituye la mayor esperanza de recuperar el dinero público utilizado en rescatar al sistema bancario.
El resultado es que Bankia ha superado los 15.680 millones de euros de valor en bolsa pero su patrimonio neto (septiembre de 2013) solamente era de 2.650 millones de euros sin computar los créditos fiscales (que superaban los 8.000 millones). Bankia vale en bolsa 6 veces más de lo que dice su balance lo que constituye una verdadera aberración.
Como todas las burbujas, estallará. Luego vendrán las lágrimas...

 Bankia vuelve de nuevo

http://blogs.elconfidencial.com/economia/tribuna/2014-01-21/bankia-vuelve-de-nuevo_78503/